Hola de nuevo y bienvenido a un nuevo artículo de la guía de autopublicación. En este segundo paso hablaremos sobre cómo buscar ilustradores para autopublicar nuestro manuscrito. Además, te contaré mi experiencia con la ilustradora de mi libro y algunos detalles más que es bueno tener siempre en cuenta.
Si bien es cierto que para ciertos géneros no suele ser habitual, hay otros como la ciencia ficción o la fantasía en que los mapas o los dibujos suelen hacer acto de presencia de forma frecuente. Y, por supuesto, no debemos olvidarnos de la portada y la contraportada, piezas clave de toda publicación para dar una buena primera impresión de nuestra obra.
Pero antes de sumergirnos en el artículo, quiero recordarte que, en el primer paso, hablábamos de la importancia de la corrección del texto una vez terminado nuestro manuscrito. Si lo deseas, puedes echarle un vistazo las veces que quieras en este enlace:
SALTO AL VACÍO
Como ya he comentado anteriormente, mi experiencia en la autopublicación se basa en un álbum ilustrado. Sin embargo, aun guardando las distancias, tanto álbum ilustrado como otro tipo de textos, como puedan ser un relato o una novela, conservan un gran abanico de similitudes en el momento de la publicación.
Durante la creación de mi historia tuve la oportunidad de poder realizar por mi cuenta una serie de ilustraciones. Sinceramente, jamás he tenido mano para el dibujo, pero en aquel momento lo llevé a cabo como mejor pude, ayudándome del software de Adobe Illustrator y un sinfín de movimientos con las herramientas del pincel y la pluma.
Al final logré algo llamativo, quizá hasta decente, pero para nada era algo que hubiera puesto a la venta en ningún sitio. Ni tan siquiera habría tenido el valor de regalarlo, así que se quedó en una edición única que conservo a buen recaudo. Es por eso por lo que llegamos al segundo paso de la guía de autopublicación: buscar ilustradores.
LA IDEA DE LA ILUSTRACIÓN: ¿QUÉ NECESITAMOS?
Digamos que es un paso previo a la búsqueda que debemos plantearnos. Es decir, ¿sabemos lo que buscamos para nuestro texto? ¿Qué estilo nos gustaría que tuvieran las ilustraciones? ¿Sabremos explicar lo que deseamos que aparezca entre nuestras páginas o nuestra portada? Son solo algunas de las preguntas que, probablemente, te plantearás en el momento en que comiences a pensar en ilustrar tu libro. Podrás ir respondiendo a estas, y otras cuestiones, en varios momentos del proceso:
- Puedes tener una idea bien clara antes de contactar con nadie, y lanzarte directamente a un artista en concreto que tenga el estilo que te gusta.
- Si tienes dudas sobre el estilo o el tipo de ilustración puedes iniciar una búsqueda en diferentes lugares, hacer una lista e ir anotando aquello que te llamó la atención.
- También puedes dar con un artista que tenga algo que te llame la atención y, aunque no sepas qué quieres, sabes que su estilo es lo que necesitas. Después podréis conversar para que te aconseje o ver cómo avanzar en el proyecto.
COMIENZA LA BÚSQUEDA
Si ya lo tenemos claro, hay numerosos caminos para poder buscar ilustradores para autopublicar. Si bien es cierto que, quizás, debas tomártelo con cierta calma e ir poco a poco. Yo reconozco que, en algunos momentos, llegué a aturullarme de tanto buscar y buscar, de tantas posibilidades de golpe, así que calma. Los pasos lentos pero seguros son los mejores para no echarse las manos a la cabeza más adelante.
Aquí te dejo algunas vías para poder buscar ilustradores:
- Búsquedas de perfiles o etiquetas en redes sociales: Twitter, Instagram, Facebook…
- Asociaciones de ilustradores (nacionales, comunidades autónomas): FADIP (Federación de Asociaciones de Ilustradores Profesionales), APIMADRID (Asociación Profesional de Ilustradores de Madrid), APIC (Associació Professional d’il·lustradors de Catalunya), APIV (Associació Professional d’il·lustració Valenciana).
- Agencias de ilustradores.
- Ferias de ilustración.
TOMA DE CONTACTO
Personalmente tuve la oportunidad de cruzarme con la ilustradora perfecta, al apoyar uno de sus libros, a través de un crowdfunding. A partir de ese momento lo que hice fue contactar con ella, comentándole quién era, cómo la había conocido y qué es lo que necesitaba. Enseguida me respondió, interesándose por el libro y preguntándome por detalles del mismo: si era algo que tenía pensado publicar o era para tenerlo yo, en cuántas ilustraciones había pensado, el tamaño.
A partir de ahí todo fue rodado. Había comenzado a hacer suyo mi proyecto, y eso era muy emocionante. Le gustó mucho la idea, así que habló de enviarme algunos bocetos, aconsejándome para realizar algunos cambios y ampliaciones en algunas partes del texto. Creo que siempre es interesante atender a la visión de un ilustrador, aunque luego no realices ningún cambio. La forma en la que ven nuestros manuscritos cambia por completo, y descubren cosas que nosotros quizá no percibíamos de buenas a primeras.
Durante varios años trabajé diseñando páginas web, y en varias ocasiones sufrí que algunas personas me dijeran de bajar el precio de un proyecto, tratando así de minusvalorarlo. Por esta razón decidí adelantarme y consultarle por su forma de trabajar: si necesitaba que le pagara una parte al principio, la mitad, o lo que considerara para iniciar el trabajo. Consultando no solo te informarás de su forma de proceder, sino que además estarás estableciendo una confianza más sólida entre ambas partes, algo muy importante durante el proyecto.
Con el paso de los días, las ideas fluían de un lado para otro, nos retroalimentábamos con ejemplos de libros, cambiando esto o dejando aquello y, al poco tiempo, comenzó a enviarme varios bocetos de algunas de las ilustraciones hasta finalizar el encargo.
MIENTRAS, EN OTRO UNIVERSO…
En mi caso, he de reconocer que me fue bastante bien. No puedo tener queja alguna. Pero, como sabrás, por muy buenas que sean nuestras intenciones, hay ocasiones en las que las cosas no suelen suceder a la primera o las puertas se cierran. En mi caso me sucedió a la hora de querer ilustrar algunos relatos. Sin embargo, ya sea por falta de interés por el proyecto, por no tener el respaldo de una editorial detrás o por falta de tiempo, me dijeron que no.
Pero cosas como esta no pueden hacer que tires la toalla justo después. Quizá te molesten, puede que te enfades o creas que han minusvalorado tu trabajo, pero con el tiempo lo comprenderás y deberás seguir adelante. Algún día te contaré una anécdota que me sucedió con Ted Nasmith, el mítico ilustrador de El señor de los anillos o El Silmarillion. En aquel caso, el problema no fue tanto el ilustrador, sino quizá el hecho de que un servidor no tuviese nada que perder. Así que me lancé a la piscina intuyendo (o puede que sabiendo) que no había agua. ¿Por qué no probar? ¿Por qué no intentarlo? Pero esa es otra historia.
AMOR A PRIMERA VISTA
A diferencia del primer paso de la guía, donde hablamos de la corrección de nuestro texto, el buscar ilustradores para autopublicar no es un paso obligatorio. Es algo opcional, aunque debes sopesar seriamente seguir adelante sin alguien que sepa hacer algo que tú no sabes hacer. Cómo de sensato sería pasar por la creación de todo un libro sin haber prestado la atención suficiente a lo primero que los ojos de los lectores van a ver, que son la portada y la contraportada.
No debemos olvidar que, en una obra autopublicada, la responsabilidad es absolutamente nuestra. Cada movimiento hacia delante, hacia atrás, quitando esto o añadiendo aquello, debe ser sinónimo de mejora. Toda pieza que ahora pongamos en su sitio, bien encajada y pegada, no nos garantizará el éxito absoluto, pero sí que hayamos hecho todo lo posible para ello. Siempre existirán factores externos dispuestos a ponernos obstáculos, pero que no quede que nosotros no hayamos dado todo por conseguirlo.
EL CAMINO SIGUE…
Hasta aquí este artículo sobre cómo buscar ilustradores para autopublicar nuestra novela. Antes de dejarte, párate un momento y piensa en esto: ¿cuándo fue la última vez que hice una copia de seguridad? Si tu respuesta es un montón de niebla, corre y haz una en cuanto acabes de leer este artículo.
Ojalá haya arrojado algo de luz a la hora de buscar ilustradores. Recuerda tomártelo con calma y mantener la seriedad en alto cuando encuentres a un artista con un estilo que te guste. Déjate ayudar, aconsejar, consulta todas tus dudas y decide bajo tu criterio, pero siempre con cabeza y con tendencia a mejorar.
No olvides que puedes comentarme cualquier cosa que se te pase por la cabeza: preguntas, dudas, sugerencias, consultas… Avanzamos con rumbo firme hasta el próximo artículo, donde continuaremos con la guía de autopublicación. Si te ha gustado el artículo, me alegraré mucho. Y si te apetece compartirlo, tendrás en mí un amigo para siempre.
Muchas gracias por tu seguimiento y tu lectura. Nos vemos en el próximo. Hasta entonces, buena escritura.