Jesús Bravo

Jesús Bravo

Guía de autopublicación: El Depósito Legal

Bienvenido a un artículo más de nuestra guía de autopublicación. En esta ocasión aprenderemos a cómo solicitar el depósito legal para nuestro libro. A estas alturas podemos decir que ya sabemos cómo registrar nuestra obra terminada, y que conocemos algo más del IBSN y cómo hacernos con él.

En este artículo terminamos esta suerte de triunvirato con un trámite que no podemos dejar pasar: el depósito legal. Sin solución de continuidad hemos pasado por un abanico de pasos para llegar a este momento. Incluso podría decirse que estamos en la antesala de tener todo listo para buscar una imprenta y enviar nuestros archivos para la impresión. Lo sé, sé que esto encoje un poco el corazón, pero todavía nos falta un poco para eso. Permíteme hacer un repaso a los pasos que llevamos hasta ahora:

Como acabamos de comentar, nos falta por saber cómo solicitar el depósito legal para nuestra novela. ¿Y qué es eso del depósito legal? Pues vamos a saber un poco más de ello, porque si tienes pensado vender tu libro en librerías, esto es sumamente importante.

Una biblioteca repleta de baldas con libros.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS: EL DEPÓSITO LEGAL

  • ¿Qué es el Depósito Legal?

La respuesta que da la Biblioteca Nacional es muy clarificadora. El depósito legal es la obligación, impuesta por  ley, de depositar para una o más bibliotecas ejemplares de las publicaciones editadas de un país.

  • ¿Para qué sirve?

Pues, como hemos podido comprobar en la anterior respuesta, sirve para recopilar y salvaguardar el patrimonio cultural de un país. De esta manera, este proceso garantiza que toda producción editorial pueda ser revisada por cualquier ciudadano, en cualquier momento del tiempo.

Además de los libros, hay muchas otras formas de depósito legal, como pueden ser obras bibliográficas, visuales, audiovisuales, llevadas a cabo por cualquier método de producción o edición. En nuestro caso, solo debemos preocuparnos del libro en papel.

  • ¿Es una obligación solicitarlo?

Como autor que autopublica su obra, estás obligado a solicitar el depósito legal, tanto si vas a venderla como si no.

En caso de no hacerlo, debería ser el impresor del libro el que solicitara el número de depósito legal. Yo te recomiendo no saltarte el paso y solicitarlo personalmente. Si en algún momento necesitaras una reimpresión de tu novela, no tendrías que volver a solicitar el depósito legal.

  • ¿Cuánto cuesta?

Nada, es gratuito.

  • ¿Cuántos ejemplares debo enviar?

Debes enviar cuatro ejemplares de tu libro. En el siguiente apartado veremos cómo solicitar el depósito legal y a qué lugares irán destinados los ejemplares de nuestra obra.

  • ¿Dónde van los ejemplares que tengo que enviar?

Van destinados a las bibliotecas de conservación asignadas por la Ley. Si no me falla la memoria, en España dos de los ejemplares irán destinados a la Biblioteca Nacional. Los otros dos se quedarán en las bibliotecas centrales de la Comunidad Autónoma que te corresponda.

Más enlaces con información

Te dejo por aquí varios enlaces donde poder encontrar más información relacionada:

            – Oficinas del depósito legal.

            – Preguntas frecuentes sobre el depósito legal (PDF).

            – Más información en la Biblioteca Nacional.

            – Información en la web de la Comunidad de Madrid.

PERO ANTES, DOS COSAS MUY IMPORTANTES

Antes de nada, debo comentarte algo muy importante del momento en el que debemos solicitar el depósito legal. Digamos que este es un paso que podríamos dividir en el tiempo en dos partes: antes de la imprenta, y después de la imprenta. Vamos con ambos de forma pormenorizada:

  • Realizaremos la solicitud del depósito legal antes de enviar a imprenta para poder situar el código entre los créditos de nuestro libro, justo en una de las primeras páginas, acompañando al ISBN, la imprenta, la edición, etc. Insisto en que, si no tienes nociones de maquetación, raro sería que cualquier imprenta no tuviera ese servicio a tu disposición. Aunque siempre tienes la opción de aprender con tutoriales, etc. Además de hacer un pequeño inciso para los créditos en el próximo artículo, también hablaremos un poco sobre maquetación.
  • Una vez tenemos el libro impreso y listo, debemos enviar los cuatro ejemplares al depósito legal.

Mucha atención a esto, porque el envío de ejemplares tiene que darse con dos condiciones de suma importancia, y las dos están relacionadas con el tiempo:

  • Debes enviarlos dentro de un plazo de dos meses desde su impresión.
  • Tienes que enviar los ejemplares antes de ponerlos a la venta.

Dos rostros vacíos se miran uno a otro. De fondo, baldas con libros.

CÓMO SOLICITAR EL DEPÓSITO LEGAL

Una vez tenemos claros los conceptos anteriores, debemos ponernos manos a la obra. Como suele pasar con estos asuntos, cada Comunidad Autónoma en España tiene su forma de hacer las cosas, aunque supongo que suelen poseer procedimientos similares. Vamos allá:

  1. Lo primero que debes hacer es buscar una oficina del depósito legal. Para ello puedes buscar información en este enlace. Es muy probable que casi todas tengan una forma de acceder de forma telemática, un correo electrónico donde preguntar tus dudas o donde poder enviar los formularios pertinentes.
  2. Una vez hayas enviado los formularios que te hayan ofrecido para rellenar, tendrás que esperar un poco hasta que te confirmen todo. Te llegará un justificante con el registro, además del código de depósito legal de tu libro.
  3. Cada provincia tiene su código, que destaca por ser la inicial o las iniciales de cada una de ellas. En mi caso, comenzaría por la M de Madrid, seguida de varios números, incluido del año de edición de la obra.
  4. Como te he comentado antes, deberás añadir ese código en el interior de tu libro.
  5. Una vez lo tengas impreso, antes de dos meses, y de ponerlo a la venta, tendrás que enviar cuatro ejemplares al depósito legal donde lo registraste.

EL CAMINO SIGUE…

Hasta aquí nuestro artículo sobre el depósito legal. Quizá este sea uno de los pasos más sencillos de todo el procedimiento, de haber alguno. Más allá de las nociones de maquetación a la hora de situarlo, al igual que sucedió con el código de barras y el IBSN, recuerdo que fue un trámite rápido y tremendamente fácil de llevar a cabo.

En el próximo artículo habrá llegado el momento de lanzarnos directamente a maquetar nuestro libro. O si preferimos, dejarle ese trabajo a otros, buscar una buena imprenta donde nuestro manuscrito vea la luz y podamos tenerlo en perfecto estado de revista entre las manos. Pero eso será en el próximo.

Si este, o alguno de los artículos anteriores, te han parecido interesantes, no dudes en compartirlo. Sabes que me faltará tiempo para agradecértelo. O si te apetece comentarme algo, aquí puedes hacerlo siempre que quieras.

Muchas gracias por la lectura y tu paciencia. Hasta entonces, buena escritura.

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